El humo me inundo y sentí miedo
Miedo como a todas las cosas que no se pueden tocar
Lo abrazo entre los labios mientras me roba los segundos
Segundos que aun no extraño
segundos que desaparecieron en una bocanada
Su alma entra en mi boca
Y me recuerda a alguien que se disipa en el viento
A noches de insomnio
A amigos que se fueron
En tu falsa serenidad que nace de mi ser
Y me acompaña en las tardes inútiles
En la quietud que dura solo un instante
Te Pago con mi vida tu compañía