Hojas secas cubriendo el prado de este atardecer .Presagio de quietud, caída lentamente anunciando el final de una vida vegetal.
Mi corazón, latiendo lentamente acompañando una pesada cadencia, que delata la rítmica melodía de un pentagrama imaginario que acompaña el anfiteatro de la vida.
Todo es color otoño, el pelo el cuerpo, los ojos, manos, mi voz, te miro y veo también el color otoño en tus ojos, cabello, manos, todo en nosotros acusa ese color.
Color y aroma, principio y final, pronto la próxima estación secara todo, quedando al desnudo buscándose cobijarse en si mismo y será tiempo de descanso, pausa inevitable de un ciclo, que regresa con la primavera en retoños verdes llenos de vida y el comenzar otro volver de nuestra existencia terrenal.
En .nuestra vida se cumple este ciclo, inevitable, invasivo.
La primavera, un comienzo, el verano un madurar el otoño un mantenerse y el invierno, el reposo obligado.
Robi