Auno mi alma en la mirada
que me regalan tus lindos ojos;
encuentro vida
en los momentos
que puedo morir en tus labios,
vaciando la mente de pensamientos,
cubro al ser de sensaciones,
sumerjo más allá del cielo,
más allá de lo que creo,
circundo en el delirio
y ahogo el oxigeno del aire
que circula en el pecho;
auno mi alma en la mirada
de tus lindos ojos…
dulce condena,
el presidio perpetuó donde
quiero encarcelar
por siempre... ¡noches y dias!