Pasaron las horas tan raudas y esquivas
llevando en su vientre la luz de esperanza,
quedaron ancladas en gran lontananza,
dejando recuerdos de formas tan vivas
con cuyos fulgores asoma añoranza.
En pálidos sueños se queda dormida
el ansia de amores, la sed de justicia,
y siento en mi rostro la noble caricia
de fuerza indomable del alma aguerrida,
que pena profunda, con fe la desquicia.
El año termina, mas sigue la vida,
su curso fluctuante, sin miedo miremos,
y mientras vivamos, y mientras soñemos,
por siempre tengamos la luz encendida
que nuestros ensueños así alcanzaremos!
Habrán nubarrones que nublen la meta,
con grande coraje, luchando vencemos,
y nunca a rendirnos dispuestos estemos,
y no permitamos se forme la grieta
que pueda impedirnos que el triunfo logremos.
Oigamos al viento que sopla violento,
que tiembla la tierra tranquilo observemos,
mas nuestra esperanza jamás enterremos,
es fuerza que vence tristeza y tormento,
es dura coraza que siempre tendremos!
Por siempre adelante por ese camino
de inciertos futuros tan bien escondidos,
que brillen sus almas con rayos prendidos
de fe inquebrantable, que a negro destino
vencerlo podremos al ser decididos!
Autor: Aníbal Rodríguez.