El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.
Eleanor Roosevelt
Te he venido pensando hace unos años, deseándote, buscándote en todas partes.
No recuerdo la edad exacta, pero recuerdo la necesidad de sentirte,
de querer encontrarte en cada rincón de la calle. Te he visto en tantas sonrisas, en tantos sueños dibujados.
¿Quién eres tú? ¿Qué eres tú? ¿Dónde habitas? ¿En qué siglo te tuve y te amé,
cómo nos conocimos, de qué forma nos quisimos? ¿Dónde estás ahora y en qué momento llegarás?
¿Al final de mis días volveré a nacer para esperarte de nuevo, y querernos?
Estoy en la montaña rusa, esperando a verte para saltar.
Te he imaginado perfecta para mí, sabia, dulce, oscura y loca.
Me he imaginado en un mundo nuestro, tan único,
tan púrpura, tan solsticio de verano, tan invierno.
Estoy aquí con las manos levantadas para que me veas,
sino puedes verme trata de nuevo, traigo una rosa negra.
Ven a ponerle a nuestra historia las comas,
los puntos seguidos pero jamás los puntos finales;
porque cada ciclo de mi vida será contigo y a tu lado.
No me importa el color de tu pelo, ni de tus ojos.
Me importa la sensación de jamás pertenecerme y siempre temblar al verte.
Tú eres mi motivo constante, los momentos reales de mi soledad, mi equilibrio,
la aventura más grande que podré vivir.
Pero aparece, ven a darme los buenos días ¡para saber qué eres tú!
Lo sabré cuando no pueda pronunciar palabra alguna y no quiera otra cosa más que verte
y jamás soltarte ¡Ven! ¡Llega ya! Bueno, mejor hazlo en el momento indicado,
que se terminen mis ciclos ahora para empezar una nueva vida y la mejor desde siglos pasados.
Ven y vuelve realidad mis sueños, que he estado buscándote hace muchas vidas…