Desafiando la ciudad para abrir senderos
A eso ha venido desafiando
dolores de terruños y lares
con falencias de madurez
y también edades…
Abrir los ojos, acomodar el poncho
recordar consejos, asegurar orillas
diseñadas , aprendidas
y luchar por ellas…
Despejando el campo para abrir senderos
rehacerlos muchas veces
hasta hacer caminos,
eran las lecciones aprendidas
después de contemplar
los remansos lentos
donde las aguas danzan
y los círculos se repiten
transportando ideas,
las ideas nuevas…
Las rosas que marcarán la vida
y producirán el dulce néctar
para alimentar la mariposas
en nuevos vuelos…
Mi vuelos eran cortos
aunque mis sueños eran largos
para ello había aprendido
a caminar con poca luz
y también a oscuras
me había caído y levantado
muchas veces…
Los desafíos enfrentados
desde muy temprano
habían construidos mis días
y mis jóvenes años
Caminar y caminando
me habían dado luz y tiempo
para caminar con aquellos
que me dieron su propio tiempo
para que yo aprendiera a caminar solo
o en paralelo con otros
para transitar la vida
como lo había aprendido en la escuela
en la cotidiana vida…
tejiendo sueños
entre campo y pueblo.
Fueron días de marzo de muchos años,
tiempo de escuela,
los que hicieron puentes
para unir vivencias y desafíos nuevos...