La tarde muere tranquila
entre acordes desnutridos,
entre lánguidos latidos...
desvestidos de tristeza,
glorioso invierno agasajado
deslazadamente mueres...
apenas vences,
entre impúdicas razones,
entre anárquicas
cuestiones...
anudadas de alba y barro,
entre pálidas quimeras
de la rosa deslucida...
por la herida
seducida,
en la noche liberada...
y desnuda de trabajos.