Ya no digo más el nombre que me agrieta los labios.
Mi boca ha quedado enmudecida, reseca hasta la garganta.
Un aliento a tormenta tropical aflora echando tornados
cargados de llanto mojado de aguas solitarias.
Torrente sin cauce, ya ni recuerdan por quien fluyeron
sus poemas sin dedicatoria, con una tarjeta de presentación
que dice “te quieros” sin dueño.
AlfonsinaELK