Te busco cada mañana,
cuando amanesé el día.
Cuando mis ojos te buscan
por jardines floridos y te veo
en tu canto matinal,
junto al clavel que solitario y triste
se encuentra, esperando que llegues
para entregarle tu cariño,
para entregarle tu amor.
Lo abrazas, lo besas,
le dices palabras hermosas,
sonríes, y el habré sus pétalos
agradecido por cada respiro
que emana de tu boca,
que para el es como su alimento
de cada mañana, y vida para el resto del día.
Al caer la tarde, y al ponerse el sol,
guarda su corazón dorado,
abrazado por sus pétalos
que le cubrirán durante la noche,
la luna le cantará la canción de cuna
mientras tu duermes, pensando que eres tu,
que es tu voz que le murmura al oído,
las estrellas sonríen y se llenan de alegría,
cuando yo me muero de celos,
por no tenerlas a mi lado,
y hacerles creer que yo soy el clavel.