No hay bombardeo más efectivo
que tu indiferencia maldita,
que en la base del enemigo
prende el fuego que me incinera.
En el Silencio inoportuno
El sonido de tu voz retumbó
como misil que venía en dirección a mí
y caíste en mi sentir dejándome aniquilado.
Las Cenizas del Alma
caen con movimiento ondulado
llevadas por el viento frío
que causó tu desprecio cobarde.
Y una lluvia de partículas ácidas
destrozaron mi corazón inválido
sin piedad, sin compasión, sin remordimiento
y así acabaste con mi existencia.
Todo quedó hecho trizas
mi cuerpo esparcido en distintas piezas
como rompecabezas que sin sentimiento pisas
entre los escombros que dejaste en mi vida.
Y allí quedé, descuartizado en mil pedazos
Entre la carne y la sangre de mis entrañas
Entre la Cenizas y las ruinas de mi espíritu,
perdido en el terreno baldío.
Y así me dejaste, destrozado
Y así me dejaste, desgarrado
Y así me dejó tu explosión detestable
Sin Vida y sin poder pedir Clemencia.
JOSE JULIAN EL JOTA·
JUEVES, 22 DE DICIEMBRE DE 2016