Había olvidado el lenguaje del amor
Me olvidé de los labios
Me olvidé de las manos
Me olvidé de los ojos.
Pero llegaste tú.
Ronronea el alma en tu boca
Vibra la piel en tus dedos
Danza la risa en tu pupila
No eras otra cara de la moneda:
Eras otra moneda.