El deseo se apodera
de las pieles
de placeres sedientas,
los pensamientos
merodean los días,
buscan con tenacidad
la pausa, el eterno
y sublime encuentro,
el brillo de las miradas,
que suministra sueños,
y fecunda luz en el alma,
las sensaciones se tiñen,
y muestran un sinfín de matices,
en la oscuridad todo es claro
y bajo el sol se turbia en silencio;
los sentimientos
presiden las acciones,
legislan las llamas
con las que los besos encienden
el fuego
que incinera a nuestro ser
en un mar de pasión...
¡sin igual!