Feliz año nuevo,
viejos amigos de mi vida,
vientos que me abrazaron alguna vez,
ríos que pasaron por mi orilla;
Si he sido feliz en un mundo que no abraza,
es porque me tendieron sus brazos.
Si he sido feliz, en un mundo que no entiende,
es porque me comprendieron.
Si he sido feliz en un mundo que no perdona,
es porque hallé perdón en sus miradas,
y si he sido feliz en un mundo sin amor,
es porque mis amigos me tendieron su alma.
Cada año que comienza,
abre todos sus caminos:
caminen mucho, caminen con fuerza,
y traten de encontrarse un poco en cada vuelta,
esa es la alegría de estar vivos.
No empiecen con miedo y en la espera,
que esperen las piedras en su sitio,
construyan mucho, amen y quieran;
y si toca llorar, lloren con fuerza;
saquen la tristeza como un grito.
Despierten temprano, salgan y busquen,
encuentren al mundo fascinante,
aún en este grano de arena que se lo lleva el viento,
tomen otras manos entres sus manos,
tengan siempre camino por delante,
y detrás las huellas de un tiempo lejano,
Recorran el mundo, hasta donde la vista alcanza,
y si se sienten solos un día,
con una tijera, recorten la distancia.
Si necesitan apoyarse,
aquí tengo dos hombros,
mi pecho y sobre todo,
mi corazón de hermano,
donde cabe de todo
menos la duda de quererlos.
Feliz Año,
desde hoy, desde el principio;
feliz año nuevo,
viejos amigos.
Y que cualquiera que sea
la fuerza o ser supremo
que le dé sentido a sus existencias;
sea Dios, el tao, el cosmos, una mitocondria;
cualquiera que sea...
los siga amando y llenando de bendiciones.