Pintaré estrellas en tu firmamento
para que digan cuanto te he extrañado,
y cuando no aparezcan, será el viento
susurrando despacio que te he soñado.
Sólo regálame un nocturno abrazo
para sentir tu esencia que me hechiza,
y cada vez que me pierda en el ocaso
recordaré volver por tu tierna sonrisa.
Colorearé de tenue calor este clima
para que entiendas como estoy por ti,
y si hace frío, sabrás que se aproxima
mi extraño querer para abrigarte al fin.
Nada más pido admirar tu semblante
que a veces desnuda tu vehemencia
y otras veces tu delicadeza cautivante,
dos formas de someter mi conciencia.
Dejaré al frenesí de mis latidos gritar
decir que no te alejes porque duele
y mi intuición solo piensa en encontrar
alguna mirada tuya que los consuele.
Escribiré entre las hojas de los árboles
para que tengas presente este día
que a pesar de todo sigo amándote
así deba soportar tu dulce rebeldía.