Se dirá en 1969, el hombre llegó a la luna,
y volvió a su casa, pero jamás se le ocurrió
visitar un barrio donde viviera la otra raza,
y años después inventó el ordenador, y ya
se pasan años sin escribir una carta de amor,
donde cada palabra puede ser un guiño o una
caricia, después vinieron los teléfonos móviles
y se puso en peligro el silbo gomero, parece que
lo que sobran son anuncios de modelo, con labios
insinuantes y con ropa interior, que con solo una
mínima parte que ocultan con falso pudor, se han inventado
tantas cosas desde la edad del fuego, que no cabrían en
el mayor de los museos.