Virginia de Albán

MISTERIOS DEL HELADO...

 

 

Se deshace poco a poco en penumbras,

volviéndose cada vez más y más invisible,

como su propia sombra diluida entre el silencio.

 

Lo miro como un cetro

tan secreto en mis manos.

Mis labios delatados por el aire,

se humedecen de inquietud

por el tardío invierno que me besa.

 

Soy la sed que no cesa

transfigurada en labios.

 ¡Invasión de mis bocas en tu boca!

 

Penumbra infatigable,

que sigilosamente

culmina entre mis labios,

como el vuelo clandestino

de una mariposa

cegada por el viento,

donde la luz aún traza

las lunas vagamente

deshechas de tu sombra.