Joven busca llenar sus agujeros,
del hombre que le guste y la enaltezca,
que sea eterno y no desaparezca;
que buscaba entre los tantos sinceros.
Esos huecos se volvieron tan fieros,
que persevera al nombre que aparezca,
para que el cuerpo y sangre le ofrezca
y así llenar sus deseos severos.
Atractiva, cargando sus hoyuelos,
que la volvían una simpatía,
hecha de carne y no de los cielos.
Con esa sonrisa que enaltecía,
sus piernas que mostraba sin los celos;
que el insistir no calmaba y seguía.
Octavio Ollin