Mi flor,
al compás del sol,
llenas los sentidos
de mi corazón.
Plañes en mi hombro
esperando su regreso,
que te puedo decir yo
quien soy solo un cerezo.
Comparado contigo
soy nada,
pues la verdad
es que eres
tan agraciada.
El que me contradiga
no lo escuches,
habrá un hombre
que ame hasta tus espinas,
sin importarle que le hagan daño,
sin importarle tu pasado.