Problema no es dos más dos, ni tres por tres,
No es leer un libro en dos semanas,
Ni aprender lo que la célula es o deja de ser,
Más que problema es deber,
La escuela no me enseñó a resolver problemas,
Sólo que “hay que obedecer”.
Y un día se le dió a la vida por presentarme un problema,
De los verdaderos, y no supe qué hacer,
Me encogí de dolor, y hecha un ovillo, pensé:
“¿Por qué no me puede querer?”.