Resulta pues, que un padre toma consigo a su hijo, el menor de todos, de quien sabía que tenía el mal hábito de robar y que pese a sus consejos, seguía haciéndolo.
Lo llevó a visitar a un amigo que era panadero,y que hacía unos panes sabrosísimos. Tenía en mente un plan.
Pues, al llegar con su amigo, y mientras entablaban una amena conversación, el hijo no pudiendo resistir la tentación, tomó un pan y lo escondió en su bolsillo.Discretamente se oculto detrás de la puerta y le pegó un mordisco, pero antes de que lo pudiera engullir oyó la voz de su padre llamándolo, \"hijo...\" \"mande usted padre\", le responde tirando el bocadillo. Pero todo quedó en silencio otra vez. El hijo vuelve a morder el pan y de nuevo, antes de consumirlo, su padre le llama de nuevo;tirando el bocado, responde, \"mande usted padre\", y un silencio, nuevamente.Así sucedió hasta que acabó con el pan sin consumir un solo pedazo.Entonces se oye nuevamente la voz de su padre que le pregunta: \"Hijo,¿A qué te supo lo robado?\"
A lo que el hijo le respondió...\"a nada, padre\".
Autor:Bernardo Arzate Benítez.