Cuando la muerte, en su sospechoso
pero publico accionar, decididamente me encuentre,
dejare de ver atardeceres
y ya no podré disfrutar de torrenciales lluvias, No se cuándo, ni cómo; No voy a ir a buscarla, ni pretendo enterarme, será el único y ultimo estupor que no sorprenda. pero algún día dejare de oler el perfume de las rosas y el aroma del suelo. Dejaré de sentir la humedad, el calor, el frío y el rocío. Inquebrantable es el ciclo, y lo absurdo es que lo sepamos, inflexiblemente ocurrirá. Llegará el dia en que me valla y sin protestar me iré. La muerte, es un latente echo, una terminable e indeseable espera con un inminente y atroz desenlace. Todo sucederé un día, en una fracción de segundo, un día incierto que no modificara el curso del universo. Hasta entonces, sentiré dentro mio, que voy a morir todos los dias, por no poder abrazarte; por no poder sentirte, merecidamente empantanado, por saber que fui el egoísta, que daño al ser mas bello y sensible que he conocido.