Palabras que se abren paso
en medio de un cielo
donde reina el alma,
donde entre callados besos
que se dejan pensar
pero jamás decirse,
late el corazón,
se dibujan sonrisas,
y se cristalizan las lágrimas
contando más de una historia.
Versos que caminan bajo la luz
de unos ojos que miran y sienten,
sienten que poco a poco
el dolor se aprisiona
en ese papel que no desiste,
aunque el dolor se queda.
Y así se forjan estrofas,
como una lucha permanente
entre el rumor y el silencio,
entre el recuerdo y el olvido,
entre mi voz y la de quienes
me escuchan.
Es mirar de nuevo
el reflejo de quienes te aman,
para volver a ver la poesía.