Araceli Vellber

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 Nos queda decirnos adiós,

cuando todavía no hemos dicho hola

y es que hemos convertido los relojes

en largas esperas

y ahora como puedo acercarme a ti

si ya una vez, me fui en silencio

y qué fácil resulta, dar tantas vueltas

para no ir a ningún sitio.

Nos queda el sonido de los corazones

y el silencio de nuestros labios

y ningún sueño que dibujé

se quedó en papel,

nos faltaron desayunos

y nos sobraron cenas.

Nos queda pintarnos los labios

cuando tu boca se quede quieta

y mis manos se encuentren cerca

y explicarte donde estaba,

mientras tú aguantabas lo poco que quedó en casa

y como vuelvo sobre mis pasos

si donde pisé antes,  solo quedaron huecos.

Nos queda pedir perdón,

para luego decirnos hola.