Volví al paraje imborrable,
a la casita de entonces
que circundada de frutas,
a aquel paraje tan grato de navidades ocultas;
habían vuelto a anidar los pájaros
en el viejo y troncoso molle;
vi alimentar y pasear a sus polluelos.
De su acampanado agujero, otra ave
salía y daba brincos feliz.
La nostálgica alegría me invadió otra vez...
!aquel árbol añoso de ramas al cielo
donde un diciembre una bandada
de plácidos jilgueros nos brindara
un concierto navideño.
Volví a mirar el tejado ya escaso de tejas,
todo estaba más envejecido que entonces…
Teniéndola cerca, la abracé,
con fuerza giré su rostro hacia mi,
y sin poder resistir más,
la besé frenético, por instantes,
!la besé y no hubo reacción!,
y la abracé más…
Mariposa en otro siglo, rinconcito
que ya no está
siendo actual, sin ser, ni estar
te metiste otra vez en mi nuevo sueño,
y en mi estancia antigua, persistente,
imborrable
inolvidable.
Bolívar Delgado Arce