Existen seres humanos
extraordinarios,
que vienen al mundo
a derribar muros...
de acero y cemento,
el amor a la verdad...
y el consiguiente rechazo
a los prejuicios... es en ellos
poderoso aliciente,
convirtiendo esta búsqueda
en el objeto central
de su existencia,
de ese modo
y pese al rechazo general,
se ven obligados a combatir
la intransigencia... e intolerancia
de todos aquellos
que arropados en su ignorancia,
y arrogante altivez...
parecieran estar convencidos
de haber caminado
en algún momento
por el valle,
de la falsa sabiduría...
y de la inmodesta estulticia,
el amor al conocimiento
y a la justicia de la verdad,
es en ellos...
infinito aliciente,
y su sed de sabiduría,
que no de gloria...
será por siempre
recordada...
por todas las generaciones
hasta el final de los tiempos.