Este vacío que se expande
que casi brilla entre el recuerdo
llenando huecos de números y colores
es la incertidumbre del tiempo muerto.
Del tiempo en que solamente vivimos
deseando y confiando en lo divino
en espera de días que irán llegando
con orden inalterable y establecido.
¿Qué nos deparará el Destino?
A nuestros ojos se abre un abismo
de minutos , segundos y horas
confiando en llenarlo de vida ,
en colmarlo de paz y alegría
con la ilusión renacida
tras el ayer y el hoy que ya es historia:
Palabras pronunciadas , música esparcida,
besos intercalados entre lágrimas de sangre,
sonrisas congeladas que enmarañan la memoria
de un ciclo que se acaba.
Y escribiremos el mañana imaginando venturas
deletreando pasiones sin nombre
proclamando, al fin, del amor la victoria,
con un vendaval de clamores y locuras