Se estremece mi cuerpo tan solo al recordarlo,
aquel día de verano en que tú llegaste,
casi silenciosa como queriendo negarlo,
de aquel tiempo pasado en que tú me amaste.
Yo no comprendía porque tanto encanto,
tus ojos cerraste al ver mi cuerpo desnudo,
yo no sé si fue horror o te causé espanto,
pero mi boca ardiente dominarse no pudo.
Mis labios ardorosos callaron pronto tu quejido,
la pasión de tu cuerpo llego en tempestad,
mientras que mis manos buscaban lo elegido,
para hacerte mía, solo mía y a plenitud.
No sé si era sueño, o una gran fantasía,
porque te vi envuelta entre mis sábanas,
mi cuerpo ardiente vibraba de alegría,
mientras tus lamentos ahogaban mis lágrimas.
Hoy que te has marchado y solo me he quedado,
solo son recuerdos de aquel amor florido,
atrás quedaron nuestras tardes de amor apresurado,
hoy viven en mi memoria, todo lo vivido.
Sé que no has olvidado nuestra pasión aquella,
que sientes en tu cuerpo toda mi explosión,
tu cuerpo ardiente llenó mi tarde bella,
y todos mis deseos con mucha emoción.
Por eso es que aguardo pronto tu llegada,
por eso es que busco tu cuerpo entre mis manos,
has dejado huellas en mi pecho mujer enamorada,
de todas esas tardes que del amor vivimos.
Vuelve te lo pido, mi cuerpo aún te espera,
unas sábanas frías también aguardan por ti,
vuelve cuanto antes no dejes que esto muera,
pues toda mi pasión lo guardo para ti.