¡¡El año que se va.!!
En él, floreció en mí
la musa
como un regalo de la vida
entretejio mis recovecos
con alas de un Pegaso
iluminado
llevándome a paraísos
nunca vistos.
En él, me acompañaron siempre
el caldero y mis fresias
pero mis conjuros de celta
jamás lo usaron.
Volé entonces porque despertaba
en emociones, sensaciones
y una fantasía de amor
cobró vida en mi alma adormecida.
Entonces se apoderó de mi pluma
se deslizó en renglones enamorados
turbándome los sentidos
volviéndome la mujer de pies descalzos
y mi piel se impregno de ilusiones
y mi versos se esparcían
por los mares
los río y las cumbres.
En este año que se va
quiero pedir al universo
un surco que atraviese
al que viene y continuar
dependiendo de esta musa
que quiere ser viento
que quiere ser mar
que quiere se arena
que quiere volar