Te extraño, en las noches de frío,
como aquella vez que estuve contigo,
con mi piel sobre la tuya,
con el corazón latiendo a mil.
Apasionados besos que la noche
inquietaba y tu ternura que conmigo
se quedaba y no poder dormir.
Más la suavidad de tu cuerpo que con
caricias yo aplacaba y rogar a los cielos,
que la noche no tenga fin,
o que por muchas noches más
todo se vuelva a repetir.