Triste mi corazón
cuando late mientras muere
en el desdén de tus abrazos.
Triste mi voz
cuando tus palabras la dejan
muda en un vacío a mí atado.
Tristes mis ojos
cuando te lloran
aún sabiendo que las lágrimas
se perderán en un eterno bosque
de llantos desconsolados.
Triste mi alma
cuando te escribe,
y el papel se rompe antes
de que mi nombre se pronuncie
entre tus labios.
Triste soy, triste me siento,
y me siento a la espera
de poder quererte sin que el amor
se quede lejos.
Triste me voy, triste me quedo,
y me iré sin llegar a irme
aunque tampoco me quede.
Triste como tu ausencia
y mi presencia ante
la infinita melodía
que persigue tu coraza, necia.
Y aunque tristes siempre,
mis versos nunca dejarán
de recordarte.