Mi noche de Reyes, fue una sopa caliente
en un albergue, debajo de dos mantas frías,
en aquella ciudad,
la Ciudad más bonita del mundo,
que está en tus ojos,
donde los callejones se estrechan
hasta llegar a tus labios,
donde se abre tu boca,
como nuestra Fontana de Trevi
a lo que arrojo un beso,
en el pozo de tus deseos.
La ciudad más bonita del mundo
pinta las aceras con el color
de tu carmín rojo
y tus diminutas pecas pelirrojas
se convierten en gotas de lluvia en las tormentas.
En la ciudad mas bonita del mundo,
los síntomas para ti,
son una enfermedad para mí.