Al oìdo escuche ,
que mi pluma decìa ,
cierra los ojos ,
y asì lo hice .
Y ella me dibujò ,
en mi mente ,
tu bella figura flotando ,
con vestuario blanco de seda ;
marcaba tus formas .
Tu mente dijo , ven ,
y yo lleguè ,
y me llevaste a tu lugar favorito .
A un rìo
que suave hacìa su recorrido ,
y diciendo bajemos ,
mi corazòn asintiò .
Y en la orilla nos sentamos ,
el agua limpia ,
sana , exquisita ,
acariciaba nuestros pies .
Tus ojos ,
no dejaban de mirarme ,
y decìan tantas cosas bellas ,
que me dejaba ir ,
con tu conversar .
Y luego ,
tu boca se abriò ,
para decir ,
soy mujer ,
y ya te das cuenta ,
que allà y acà ,
siempre me gusta hablar .
Y yo ,
callado seguìa ,
gozando tu exquisito aroma ,
y lo bello que me comentabas ,
de esa dimensiòn ,
de la cual ya estaba enamorado .
Luego tu silencio fuè total ,
y el amor fuè intenso ,
no lo conocìa asì .
Nuestras energìas se recorrìan ,
e iluminaban el ambiente ,
y supe distinguir ,
el verdadero amor de las almas .
Algo que aùn ,
no hemos podido lograr ,
en este lado del mundo .
Y el tiempo ,
no se apareciò ,
era eterno nuestro amor .