Hoy me sobran las razones para no encontrarte
Y me alcanza una sola para seguir
Me despiertas con tu euforia
Elevandome a la gloria de los condenados
Es la última repito el epitafio
Y la culpa no me agobia unos minutos
Hasta que el primer rayo de luz ocupa el cuadrangular espacio de mi habitación
En el resplandor entretejido de mentiras espero encontrarme
Tus ojos inofensivos buscan los míos esperanzados
En este intercambio de recuerdos por placer
Pero ya estoy vacío en mi flagelo y mis ojos son orificios negros y supurantes
Pues la decisiones ya no son mías
Mi cuerpo ya no es mio
Y la conciencia es un sonámbulo que nunca despierta y por miedo nunca quiero despertar