Tengo hambre y cierro los ojos,
Te veo recorriendo mi cuerpo,
desde tu espacio, apenas puedo,
demostrar con mis labios rojos
que se mueven al compás de tus ojos.
Tengo hambre y soy como un tigre enamorado
apenas puedo contener el recuerdo de aquel instante
en el que te acercaste y te despejé tus dudas,
quiero armarme con la estrategia que se cuele en tu piel,
que se adhiera a tu sonrisa y al vaivén de tu sangre.
Tengo hambre y voy a saciarla aunque me trepe
por toda la perspicacia que llevas,
Me comeré tus noches, tu aire, tus silencios
te haré mi presa y mi ración infinita
se detendrá en tus labios para tragarte.