Steylan Montilla

¿Qué tenía la cava?

 

 

¿Qué tenía la cava, al día siguiente ella preguntaba?

¿Qué tenía la bendita cava? Que no sólo mostró su perla…

 

Toda la noche bailaron merengues suave y boleros de los 80\'s, en una fiesta que volvieron sólo para dos, donde miradas NO disimuladas le acompañaban, en un salón acogedor y de tenue luz…

 

Ella llevaba vestido de satén negro hasta las rodillas, él camisa de lino algo ceñida, la sujetaba apasionadamente por la cintura, ella con un sutil vaivén de caderas, que pedía a gritos el retiro de su bragueta…

 

El chardonnay desinhibiendo estrógenos y neuronas, toda la espuma viajando por sus cabezas, sus cuerpos convertidos en uno solo, fundidos por el fuego de sus deseos.

 

La noche avanzaba entre sonrojos y sonrisas, con besos al oído que la estremecían, con susurros suaves él le repetía…“Marchémonos a otro lugar mi reina”

 

Atendiendo al vuelo sus deseos, con pasos embriagados y cruzados llegaron al coche, que los trasladó al hotel más cercano, que a su suerte resultó el más adecuado, para la urgencia y sus comodidades.

 

Derrocharon sexo toda la noche, en un recorrido de besos que iniciaban en su boca y terminaban en sus labios, ella respondiendo apasionadamente a los requerimientos y antojos de sus cuerpos, como si la noche no fuera suficiente.

 

Llega la mañana con mucha prisa, ella despierta con sonrisa y mirada confundida preguntándose, qué tenía la BEN-DI-TA CAVA, que desnuda al lado de su mejor amigo al día siguiente ella estaba.