LA VIDA
Sentada en el umbral de la casa,
Del barrio de Tribunales,
Veo pasar la vida,
Montada en potro de nácar
Un capitán de brigada,
Regentea la maraña
Encabezando la marcha,
Estrenando la calle,
Pimpollos de rosas rosa,
De la existencia, un soplo
Olas de un mar que promete,
En su puerto amarrar
El barco que ha traído
Ilusiones a entregar
Una niña enamorada
Y en sus labios un azahar
Enredaderas de patio,
Con flores color lila
Atardeceres tan rojos
Como sangre de una herida
Y un corazón desbocado,
Que apetece a su amada
Un campo de pastos secos
De color amarillento,
Una casa, perros flacos
Y un árbol sin raíces
El dolor de una pena,
Lleva veneno a las venas
Una mujer viste luto,
Tan negro como la noche
Lecho de un río reseco,
Abandono de torrentes
La muerte que no está ausente
Y la vida siempre erguida