Yo no esperaba ningún ascenso,
en el glorioso cuerpo de la Marina,
pero me dieron solo el descenso,
degradante de limpiar las letrina.
El mástil es del barco el palo mayor,
aquel mástil era un portento,
incréible estaba arrestado!Que dolor!
no navegaba en agua, sino en cemento.
Había que subirse hasta el trinquete,
abajo tenía una red sostenida
por vigas de hierro!Vaya salvavidas!
un marinero cayó y murió en un periquete.
Pero un día al mástil le levantaron el arresto,
y como no, a mi me tocó la subida,
pero me dije, yo aquí, ni sumo ni resto,
y cuando mi fila subía, tome la sabia huida.
Fue fácil mi brigada era una formación,
que formaba en fila de a tres,
puse a funcionar la imaginación,
y me cambié de fila hasta la próxima vez.