Del calor de tu abrazo, peregrino,
del aire de tus besos, anhelante,
buscando tu regazo, caminante
de tu dorado cuerpo los caminos.
Del cristal de tu risa, enamorado,
de la luz de tus ojos, fiel ansioso,
del aire que te besa, envidioso,
en tus rubias caricias enredado.
A buscar el trayecto de tu puerto,
mi vida, sin descanso, dedicada
a sembrar alegrías en tu huerto
Mecido al tibio sol de tu mirada
quiero dormir atracado en tu cuerpo,
encallado en tu vientre y en tu falda.