En las noches bajo el manto lunar
me encuentro con la grandeza,
la dulzura del viento mismo,
lo amoroso del universo
que siempre esta.
Suelo montar estrellas
en esas noches oscuras
que iluminan los pasos
de las almas en pena
endemoniadas por la vida.
En él viaja me pierdo
en las moléculas del ser,
levemente vuelvo a mi
pero sigo enganchado
en los pecados del amor.
En las noches que vago
llego a lo más profundo,
pero no del mundo,
llego a lo más bajo del ser,
donde la piel no sirve,
donde la nada es todo
y la realidad es nada.