Te busqué desde aquí, desde mi lecho inerte,
desde el lado inverso de este cruel reflejo
donde lo que se mira no es más que un espejo,
de sombras, espejismo, desolación y muerte.
Desde aquí te busco yo, desde este puerto
al que he arribado tras haber perdido
mi velero, ignorando, lo que nunca he sido,
y mi gran temor de estar mañana muerto.
Te escribo maltratado por tu recuerdo en vida
donde todo ha terminado y se ha desvanecido
cuando todo en la vida lo he perdido
De qué me sirve llorar, si tengo el alma herida
Sólo, e inmensamente abandonado
en este mi ingrato penal, desbastecido.
Para mí toda esperanza se ha fundido
y en este mar de lágrimas me he ahogado
Soy simple mortal, soy cualquiera
que no existe ni siquiera en el olvido,
incapaz de recordar mi vida entera,
y de nada sirve estar arrepentido
Sin lápiz y sin mis manos, hoy te escribo
sin estos ojos, que navegan con el llanto,
hundido en el silencio de este espanto
Con mi dolor, mi tristeza y tu olvido