Un hombre se distrae en la ignorancia,
no encuentra la astucia para salir de ella,
en sus complejos se duerme sin esperanza.
La vida cruel atrapa en el ramaje de la destrucción,
es tanta la adoración por la muerte
que el hombre ya no está en el intermedio,
ahora vive muerto.
En lastima se convierten los últimos esbozos
de la realidad fuera de la mentira,
de la verdad que lleva tanto tiempo en la ruina.
Un hombre no puede razonar en el mañana,
primero debe buscar las fallas del pasado,
para en el presente encontrar respuestas
y así en el futuro romper cadenas.
El viento soplara en el alba una vez más
y las luces del universo iluminarán
el orbe una vez más, y en ese más
tal vez el ideal del hombre vuelva tomar ritmo,
para así reparar el engranaje maligno.
Un hombre está dormido
entre la ignorancia
y el filo de la desesperanza.