mario mena mena

Te digo cómo fue

Tu nunca haz querido decirlo

yo nada más me se mi parte

que pasaste sólo un instante

y te quedaste para siempre.

 

Recuerdo ver para otro lado

que me volví hacia la puerta

en el segundo en que pasaste

y así nació el resto de la vida

 

Tu breve imagen fue suficiente

Yo nada más vi tus tres pasos

Llevabas un vestido de vuelos

vestido café bailando en el aire.

 

No dije nada y fui a la puerta

Morena, delgada te vi alejarte

sin idea de lo que había pasado

que te adueñaste de mi alma.

 

Esas cosas que uno sólo las sabe

mi vida era tuya desde esa tarde

que debía lograr que lo supieras

Buscarte, saber tu vida, tu casa.

 

Así fuí recogiendo tus datos

Tu nombre, la dirección de tu casa

en qué grado de colegio estabas

Y busqué verte pasar por las tardes.

 

Acostumbrabas dar una vuelta

y a veces salías a comprar algo

en las horas tibias que el sol baja.

Sol, celajes y tu adornando la tarde

 

No tenías un día fijo de caminata

Por eso te buscaba en las tardes

y en alguna aparecías iluminando

adornando tu sendero propio.

 

Fui coleccionando esas tardes

y un día decidí darles fin

a los fríos vacíos de tu ausencia

a buscar que tu alma me encontrara.

 

Tu estabas en quinto, yo en Generales

con el mismo camino para ir a clases

Te topaba sonriente entre tu amigas

fresca niña, flor linda, feliz, plena.

 

Se que tu parte es que me viste

deshaciéndome en cada encuentro

enviándote mi alma en la mirada

Y te diste cuenta que yo te pertenecía

 

Supiste que eras mi reina,

mi dueña, la madre de mi hijo

mi amada en el resto de las tardes

que debías venir por mi

que tu misión era salvarme.

 

Se que tu parte es que una tarde

encontraste tu mirada con la mía

igual cuando te vi pasar la puerta

y tu alma quedó unida con la mía

 

Tu nunca haz querido decirlo

como seguro debe ser el amor

que es bueno que guarde una parte

de conquista, misterio y encuentro.