Te siento entrar y hablarme quedamente
al igual que el gustoso Amor instila
el deseo ardoroso que encandila
el inflamado corazón ardiente...
Dentro de mí vivo, y hasta presente
en tu dulzura,belleza tranquila.
De jadeos alzados se titila
el róseo rostro frecuentemente.
Entra el alba...En cabello desatado
se levanta cuán alzadamente bella,
reabriendo la alcoba con su llave.
(Fuerte el placer ha sido, ¡cuán gritado!
En mi lengua -simpar calentura ella-
dejándome ha el placer que ella sabe.
Tal gusto le viene de placer suave
entre gritos de orgasmo estremecido,
que agradable desmayo le ha venido)
(Salvador)