Mis versos no pretenden dineros o la fama,
tampoco yo deseo la gran celebridad,
mis rimas son tan solo suspiro en soledad
que brotan de mi pecho con magna y dulce flama.
A veces se componen de fuerte y roja llama
que viene cobijada de amor y libertad,
por eso le dedico mi canto a la verdad,
que siempre llena el alma con luz que nos inflama.
Adoro ciegamente del mundo su belleza,
las bellas margaritas, un rostro de mujer,
respeto a quienes brindan su mano con franqueza,
y extienden su cariño, sincero y con placer;
y voy de visionario buscando la grandeza
que tiene cada humano tan dentro de su ser!!!
Autor: Aníbal Rodríguez.