Acariciaré con la palma de mis manos,
la tersa piel, que yace,
bajo la cobija de mi mirada,
y hurgaré sin denuedo entre el quebranto,
de tus frases y el delirio, de mujer enamorada.
Soñare despierto y te besaré,
con labios de tibia miel y caramelo,
y endulzaré cada forma de amarte entre los sueños,
y entibiaré tu piel con mis besos de consuelo,
como heredando a tu vientre con mi anhelo,
de perdurar por siempre mi amor por ti,
como semilla sembrada en dulce suelo.
Escribiré en silencio
mis frases de amor sobre tu cuerpo,
y dibujaré una sonrisa,
sobre tus muslos tan tersos y tan perfectos;
respiraré de tu aliento y de tus humores,
y enjugaré entre mis labios,
las lágrimas que de tu cuerpo broten.
Y te tocaré,
como si tuviera manos vírgenes,
en un cuerpo aún no despertado,
y marcaré entre mis dedos,
el tibio calor de tus entrañas,
para amarte con cada luna y cada mañana,
y dormir sobre tu vientre,
escuchando mis propias palabras.
Te tocaré desnuda, con el iris de mis ojos ,
y te miraré silente, con la palma de mis manos,
y volveré a amarte con el fuego de mi rebaño,
para dormirme entre el vientre de tu pasto,
y el dulce aroma, de tu pubis entre mis manos.
Imaginaré, sembrar mi cuerpo virgen,
muy adentro de tu alma y de tus entrañas,
y besaré en silencio la comisura de tus labios,
y el aroma de tus pechos,
como al bálsamo de tu dorso, ennoblecido y muy vasto.
Acariciaré tu piel con la palma de mis manos...
e imaginaré que tengo un cuerpo virgen,
para ser digno de amarte y robarte un beso;
Acariciaré tus sueños entre lunas y madrugadas,
y besaré tu cuerpo entre una sabana y dos almohadas;
Acariciaré...
todo de tí, mientras lleves agua,
donde pueda beber y saciar mis ansias,
por tu Amor... mi dulce amada.