Al morir de la tarde,
el viento se está llevando la última hoja del calendario
y una vez más estamos bajo el dintel del tiempo,
en el descanso obligado de una noche de fiesta,
la que motiva y exige a danzar entre dos sueños:
Es EL AYER,
que con nostalgia se esconde tras las huellas del camino,
huésped eterno de la memoria,
archivador de experiencias, alegrías y quebrantos,
es ese AYER, que junto al Tiempo
acabarán empolvando los recuerdos.
Es EL MAÑANA,
el que siempre llega,
el que sabe estrenar auroras,
el que sabe empezar de nuevo,
el que entrega páginas en blanco,
para seguir pintando recuerdos
y el que llevará también mis deseos para cada uno de ustedes,
son deseos de paz, amor, armonía y felicidad en cada instante de sus vidas
o simplemente que puedan experimentar aquel gozo
que hace mirar la vida con esperanza.