Para ti,
que iluminas mi camino,
que sabes de historias imperfectas
y almas que un día perdieron el equilibrio.
Que duermes
entre el secreto de un beso
y los ojos cerrados de un niño.
Para ti,
que envejeces la frescura de la primavera.
Que arrojas sombras
sobre las tardes de otoño.
Que fecundas a febrero de lirios,
mientras derrites a arañazos
las nieves que cubrieron las primeras rosas de invierno.
Para ti,
que brotas intacta de emociones
para ahuyentar la tristeza de aquella niña enamorada.
Que oprimes su distancia
con velos de color lavanda,
y ocultas la nostalgia
para que la luz no llegue
hasta el calor de su doliente mirada.
Para ti, vie,
de horizonte confuso
y secretos aromas
que tejen los sueños
con hilos de seda azul.
Conozco tus días de rabia.
El extraño cantar del ruiseñor
cuando te preguntan por el incierto camino.
Tus veladas noches,
cuando abrumas las almas de ansias inaccesibles...
¡Te conozco!
Porque como tú,
yo también tengo una historia que contar.
Marisa Rivero🌬