Santiago Miranda

Diez mil días de trabajo

 

Dilapidar la energía excelsa
sin causa, sin cause, sin ruta

 

mantener estable el sistema
trastabillado por sus ruinas

 

demandan dívinos los dioses
hecatombe de carne y espíritu

 

sacrifico mi futuro y presente
en aras de la promesa, relevo

 

un prosaico futuro tu condena
diez mil días de lo vivo han pasado

 

para salvaguardar tu pasado
he de entrar a la oscura máquina

 

pateados por los vidrios, fuera
de los fragmentos de tiempo y palabra

 

Tu reino voraz ha clausurado todos los espacios
  el hombre antaño ahora es solo trabajo