Sin saber por qué ni cómo
me atreví a robar una flor de otro jardín
sin imaginar
que al tomarla del tallo
y beber su miel
lastimaría mi piel,
alma y corazón.
Hoy, mi piel sangra,
mi alma llora,
mi corazón pregunta
¿Por qué le has engañado?
¿Quién me robo tu mirada?
¿Quién me echo de tu corazón?
Pues aún sin comprender
pregunto al cielo sin respuesta
a quién te entregas hoy
enamorada,
así han pasado mil días
y ahora
cuando miro una rosa
te veo ahí
mujer hermosa
pero ya no me atrevo a tomarte
pues más que la piel
aún me sangra el alma,
y aunque mi corazón
todavía te extraña
también recuerda tu olvido
hasta derramar el llanto
y muy en mi interior
me gustaría un día
encontrarte y preguntarte
sin dejar de mirarte a los ojos
¿Todavía te acuerdas de mí?.