Como en doradas manos
se nos ha brindado
El mar, el cielo
y los campos verdes.
Pero unas manos de
codicia han aprisionado
El agua, las nubes
y los Verdes bosques.
Esa mano es la mía
que quiere para sí
toda la vida
Y aunque esta se escapa
mis manos siempre
la alcanzan.
¡DIOS, dame la muerte!
o al menos a ellos:
"La venganza"